viernes, 2 de enero de 2015

"The Imitation Game" Dame lo mejor que tengas



"The Imitation Game" cuenta la historia de Alan Turing...

También habla de la segunda guerra mundial, de la maquina nazi enigma, de lo difícil que fue desentrañar sus secretos y de la influencia decisiva que Turing tuvo en todo ello.

Pero principalmente la película ES Alan Turing. El film sirve de vehículo para que Benedict Cumberbatch nos ofrezca un recital interpretativo en el que echaremos de menos pocos matices ya que el menú de registros que nos muestra a lo largo de la cinta bien podría servir de currículum.

La dirección de Morten Tyldum no sorprende con una innovadora puesta en escena, o un sello propio a la hora de contar una historia en imágenes, pero es contundente. Sin descubrir nada nuevo, parece que todo esta milimetrado, bien medido, esta todo rodado con una clase indiscutible. No se puede quizás hablar de un autor, pero desde luego es un gran artesano.


El retrato que hace Cumberbatch de Turing es absorbente, te sumerge en la película por completo. El buen ritmo que tiene la cinta, la acertada intermitencia del uso del flashback que tan bien sirve a la construcción del personaje, y la mirada que se hace alrededor para contextualizar un relato de una importancia histórica tan grande, no hacen si no conseguir que la cinta sea entretenida sin necesidad de grandes y elaboradas escenas bélicas.



Una vez mas una película juega al "menos es mas" y gana.

Si en "Señales" Shyamalan nos contaba una gran invasión de extraterrestres hostiles desde una pequeña granja, en "The imitation game" Tyldum nos cuenta la segunda guerra mundial desde una "fabrica de radios".

En los dos casos el experimento funciona.

Del resto del reparto podríamos destacar a un Mark Strong en el papel de Stewart Menzies del MI6, cuya interpretación pide mas minutos en pantalla.
Y a un Matthew Goode que ofrece uno de los puntales en los que se apoya la interpretación de Cumberbatch.
El otro puntal podríamos decir que es el personaje de Joan Clarke interpretado por Keira Knightley, que si bien está correctamente interpretado, en las distancias cortas con Cumberbatch parece que se queda un poco corto.



La historia fue bastante injusta con Alan Turing cuya importancia en el devenir de la misma fue empañado por algo tan carente de importancia como su inclinación sexual, un rasgo de su personalidad que por otro lado marco su vida y su personalidad dado el rechazo social que la homosexualidad provocaba en aquel entonces y unas leyes que la criminalizaban.

En resumen una muy buena película con una factura poco novedosa pero incuestionable y un actor en estado de gracia regalando una soberbia actuación que de seguro dará que hablar este año.



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